martes, 10 de noviembre de 2015

TAREA CURSO ORALIDAD - UIMP - JULIO, 2015



Alumno Francisco Javier DOMÍNGUEZ TÁBOAS. 31247698J

Fase On Line del Curso
“La oralidad del siglo XXI: de la calle a las aulas pasando por la red” (UIMP-LA CORUÑA, 13 al 17 de julio 2015)
[CONTIENE ENLACES DE VIDEO AL FINAL DEL TEXTO]

COMPARTIENDO Y EVALUANDO LA EXPERIENCIA DE IMPLEMENTACIÓN EN EL AULA (1 al 16 nov.)

INTRODUCCIÓN

     En estos días de octubre y principios de noviembre, cuando he puesto en práctica la Actividad del Trabajo de Exposición Oral con apoyo de ordenador (presentación digital), dirigida a alumnado de 2º de ESO, en sus dos fases de 1) TEMA LIBRE: “MI MÚSICA, MI TEMA”, y 2) TEMA ASIGNADO: “MUJERES COMPOSITORAS”, ha tenido lugar el desarrollo de la primera fase, la del Tema Libre.

     Los alumnos y alumnas han ido haciendo sus presentaciones con buen ritmo pero sin presión por parte del profesor, de modo que se han ido realizando según ellos se sentían dispuestos a ello. Así, los trabajos se irán exponiendo a lo largo del curso, y los que se han expuesto hasta la fecha son solo una pequeña parte del total, pero espero que sea suficiente para dar una visión fidedigna del tipo de tarea realizada.


INTERVENCIONES DE LOS ALUMNOS/AS

ASPECTOS COMUNES

     En todos las exposiciones orales hemos presenciado un patrón común que, respondiendo a las pautas/opciones que se dieron en un principio, consistieron en: apoyo visual de un archivo Powerpoint con imágenes, texto, y música sonando, bien durante cada intervención oral, bien en los intermedios de estos, y las dos formas en una misma intervención, subiendo el volumen tras cada breve alocución.

ASPECTOS DIVERGENTES

     De manera resumida, para reflejar someramente en que consistieron las diferencias más significativas entre unas y otras intervenciones, podemos decir que éstas se debían a los distintos temperamentos y capacidad de trabajo de los jóvenes ponentes.

     En cuanto a lo primero, la cuestión particular de la inhibición ante el público dio lugar a que unos hablaran más que otros, emplearan mayor o menor cantidad de texto de forma leída o como guion (esto recibía mejor nota, ya hablaremos de la evaluación), o incluso, en algún caso excepcional, permití que alguna presentación pudiera ser ofrecida por tres personas en lugar de dos (poniendo más nota a quien tuviera un papel más preponderante en la exposición oral).

     En lo que se refiere a la capacidad de trabajo, los trabajos más meritorios en este sentido fueron aquellos donde, por una parte, la aportación de datos e informaciones pertinentes era más adecuada (no necesariamente más prolija, sino aquella que dependía menos de la lectura del texto en pantalla), y, por otro lado, aquellas cuyas presentaciones-Powerpoint tenían un aspecto más elaborado en cuanto a estética, orden, claridad…

EVALUACIÓN

     Repito aquí los criterios que me propuse evaluar, y posteriormente comentaré los resultados de forma colectiva.

1)       El registro lingüístico es adecuado (ausencia de expresiones coloquiales y “muletillas”; comienzo adecuado de las frases, propiedad del vocabulario, etc.).

2)       El tema tiene interés en relación con los contenidos de la asignatura.

3)       Suscita la atención del público (entonación vocal, amenidad en la exposición, variedad de elementos expuestos).

4)       La exposición oral está acompañada de una presentación digital en pantalla; ésta es correcta en su presentación, claridad y diseño.

5)       Se acompaña de datos, se basa en fuentes bibliográficas/digitales.

6)   Utiliza correctamente el tiempo disponible o hace un mayor o menor uso del asignado.


     Los puntos 2 y 4 fueron cumplidos por todos los alumnos/as, ya que: 2).- todos los trabajos versaban sobre cuestiones musicales; y 4).- todos incluían su presentación digital.

     Los demás apartados recibieron distinta valoración:

1)       En algunos casos llamó muy positivamente la atención la forma de expresarse e incluso la entonación y hasta una cierta proyección de la voz para llegar a los oídos de toda la clase, debido probablemente al propio interés de los ponentes en dar a conocer los temas (cantantes, grupos, estilos…) de que estaban tratando. En otros casos, en realidad la mayoría, hubo que corregirles y evaluarles con menor puntuación el uso de un registro menos formal, el uso de “muletillas”, etc.). En este sentido, se pone especialmente de manifiesto, la importancia de realizar este tipo de actividades en clase. 
2)        
3)       La valoración de este aspecto resulta muy clara y evidente por las propias reacciones del público: preguntas, comentarios, más o menos silencio, etc.
4)        
5)       Muy pocos trabajos de exposición oral satisficieron este apartado. En los próximos trabajos (en particular cuando empecemos con los de “Mujeres compositoras”, debemos recalcar la importancia de este aspecto. Dentro de la presentación digital es interesante que incluyan, por ejemplo en la última pantalla-diapositiva, los enlaces (los famosos links) de las páginas de internet que han utilizado (al menos aquellas con una información más completa y relevante). En el caso de referencias bibliográficas, es de esperar que los propios alumnos/as no recurran a dichas fuentes por propia iniciativa. El profesor puede complementar esta información, y también puede poner expresamente este requisito, o bien ofrecerlo como una opción que puede hacerles subir la nota.

6)       Este criterio es el que he valorado de forma más flexible. En casi todos los casos, el tiempo a emplear fue estimado a partir de saber, al principio de una determinada sesión de clase, cuántos trabajos iban a ser expuestos, y de esta forma, terminamos a tiempo las otras actividades del día, para que diera tiempo, valga la redundancia, a desarrollar, los trabajos (uno, dos o tres…), que se iban a exponer en ese día concreto. En otras palabras, este criterio de evaluación no fue tenido en cuenta de forma especialmente significativa.

CONCLUSIÓN: APORTACIONES DEL CURSO DE ORALIDAD A
NUESTRA EXPERIENCIA DE ORALIDAD EN EL AULA

     Es cierto que esta experiencia no es completamente nueva, en relación con las propuestas ofrecidas por el Curso “La oralidad del siglo XXI: de la calle a las aulas pasando por la red”. Es decir, un trabajo de exposición oral no es algo que no se haya hecho antes en una clase de secundaria de cualquier instituto de nuestro país, o fuera de él, y por supuesto que en mis clases de Música lo había hecho con anterioridad.

     Lo que sí ha resultado novedoso, una vez incorporado desde lo aprendido en el Curso a nuestro diseño de la actividad, se puede concretar en el reconocimiento de las siguientes necesidades, que formularemos con verbos en infinitivo:

-          Ampliar el margen de libertad y flexibilidad a la hora de proponer y enfocar el trabajo de los alumnos y alumnas (libertad de elección y planteamiento de los temas, flexibilidad en las condiciones o restricciones de tiempo, extensión del trabajo, número de personas que intervienen, etc.).

-          Aportar a los estudiantes todas las ayudas y apoyos posibles encaminados a hacerles vencer en lo posible las dificultades relacionadas con la inhibición, el miedo escénico y todos los problemas derivados (nerviosismo, problemas posturales, inadecuación del lenguaje utilizado, ineficiencia en la comunicación…).

-          Perfeccionar la evaluación y el aprendizaje de técnicas de expresión oral mediante el uso del video, y el debate crítico por parte del alumnado que hace de público, el profesor, y el propio alumno o alumna que ha realizado el trabajo de exposición oral.

-          Dar una continuidad a este tipo de actividad en el aula que se prolongue durante todo el curso, de modo que al menos dos o tres veces, entre septiembre y junio, cada alumno o alumna realice una tarea de expresión oral ante sus compañeros/as.

-          Aprovechar este tipo de actividades como un elemento básico de motivación: una oportunidad para los jóvenes de expresarse ante un grupo de personas relativamente grande, tratando sobre un tema, libre o asignado por el profesor, pero con unos márgenes de flexibilidad y libertad que no limite esa cualidad, inherente a cualquier ser humano, de expresarse y hablar delante de sus semejantes, sean estos pocos o muchos individuos.

En Cádiz, a 30 de octubre de 2015


Francisco Javier Domínguez Táboas,
alumno del Curso “La oralidad del siglo XXI: de la calle a las aulas pasando por la red”
  (Universidad Internacional Menéndez Pelayo. La Coruña, 13 al 17 de julio de 2015).